Este destino me sorprendió enormemente. En principio fui a visitarlo a mi hermano que fue un reencuentro increíble, hace mucho que no lo veía y moría por charlar con él. Ni bien llegamos nos fuimos directo al Temple Bar. Para aquellos que no saben, yo pense que era sólo un bar pero Temple Bar es toda una zona de bares uno más copado que otro.
Yo no podía creer la cantidad de gente que había en la calle CON EL FRIO QUE HACÍA!!!!, todos los bares explotaban de gente y todo el mundo estaba tomando cerveza sin asco, era tremendo!.
Mi hermano y Leandro, el argentino que vive con el, unos fenómenos, re grosos los conocían todos en los bares, lo cual nos permitió entrar gratis y tomar pintas gratis todo el fin de semana. A destacar, las "Baby Guiness", es un shot que tiene licor de Kalua y Baileys, muyyy rico a pesar de ser una bomba. En fin, Dublín sobrepasó mis expectativas zarpadamente, no solo lo vi a mi hermano que era mi objetivo primordial, sino que la pase de diez, de bares y museos (de Guiness). Espero que no piensen que me estoy volviendo borracha, pero es que la cerveza aca es tannnn rica. :)
En cuanto a Dublin en sí, el río Liffey separa las zonas norte y sur de la ciudad. Si en otras ciudades el río es un elemento importante, en Dublín lo es más aún, ya que la división entre los distritos impares de la ciudad y los pares no es simplemente geográfica, sino que los barrios, la arquitectura, el carácter e incluso los estilos de vida cambian radicalmente de un lado al otro. Al norte está tradicionalmente el Dublín más humilde y más obrero. El sur, por su parte, es la zona rica, con bonitas casas victorianas y barrios de casas bajas y tranquilas a lo largo de aquella parte de la bahía de Dublín.
Los paseos turísticos y los lugares de interés en el norte de Dublín se agrupan, en su mayoría, en torno a la calle principal de la ciudad, O'Connell Street. Lo más llamativo de la calle es el obelisco del llamado Monumento a la Luz. Un cono de acero inxodable de 150 metros de altura, cuya punta se ilumina por la noche, creado para conmemorar la llegada del nuevo milenio. El obelisco mas angostito que he visto, je je je :P
Al sur del Liffey nos encontramos el Trinity College. Es, posiblemente, la universidad más famosa y con más tradición de Irlanda. Sus alumnos eran mayoritariamente protestantes en sus orígenes, pero hoy no existen distinciones de clase o religión entre sus estudiantes. Es un buen lugar para entrar y darse una vuelta por entre sus edificios, en un ambiente de paz, calma y tranquilidad. Realmente esta universidad no se puede creer, me recontra gustó. Tiene también una famosa biblioteca que alberga el códice del llamado Libro de Kells, que data del año 800.
Cuando salimos de ahi nos fuimos derecho a sacar una foto con Molly Malone, que si bien es un personaje ficticio -aunque hay quien dice que existió de verdad-, se dice que era una mujer que trabajaba como pescadera de día y dama de compañía de noche, osea, que le iba a vender pescado a los de la universidad y no salia de los dorms hasta el otro dia. Una Idola!! jajajaja, muy graciosa que su estatua tenga unas siliconas tremendas.
Por ultimo, como mi hermano es un idolo, nos llevó gratis (sino tendríamos que haber gatillado 15 euros) a la fábrica y museo de Guinness. Un lugar donde aprender cómo se hace la cerveza y muchas curiosidades sobre la cerveza más típica de Irlanda y, sobre todo, donde disfrutar de unas magníficas vistas de Dublín mientras se toma una pinta en el bar panorámico del último piso.
A la vuelta, pasamos por la hermosa St. Patrick Church que albergará a todos los borrachines el 23 de Marzo (creo) en la famosa fiesta de St. Patrick. Lamentablemente mi hermano ya no va a estar, pero quien dice que no vuelva.
Un lugar para no perderselo.
Fotitos
